ORACIÓN DEL JOVEN
Señor Jesús, que has llamado a quienes has querido,
Llama a muchos de nosotros a trabajar por ti,
A trabajar contigo.
Tú que has iluminado con tu Palabra a los que has llamado,
Ilumínanos con el don de la fe en ti.
Tú que los has sostenido en las dificultades
Ayúdanos a vencer nuestras dificultades de jóvenes de hoy.
Y si llamas a alguno de nosotros,
Para consagrarlo todo en ti,
Que tu amor aliente esta vocación desde el comienzo
Y la haga crecer y perseverar hasta el fin.
Amén.
¿QUÉ ES LA PASTORAL JUVENIL?
“La Pastoral Juvenil es la acción organizada de la Iglesia para acompañar a los jóvenes a descubrir, seguir y comprometerse con Jesucristo y a su mensaje, para que, transformados en hombres nuevos, e integrando su fe y su vida, se conviertan en protagonistas de la construcción de la Civilización del Amor” (Civilización del Amor: CELAM Nº 161. Bogotá. 2000).
La Pastoral Juvenil es la acción organizada de toda la Iglesia en la que se involucra al joven y se le acompaña de forma sistemática y pedagógica. De modo que la Pastoral Juvenil es sobre todo DESDE los Jóvenes y CON los Jóvenes, que son Iglesia: ellos son punto de partida y sujetos activos de sus propios procesos y están llamados a ser los primeros e inmediatos evangelizadores de los otros jóvenes. Por eso la Pastoral Juvenil es Misionera.
AGENTES DE LA PASTORAL JUVENIL
El Obispo: Es “principio y fundamento visible de la unidad en la Iglesia particular de Sololá-Chimaltenango”. Como “maestro de la verdad, signo y constructor de la unidad, pontífice y santificador” es el primer responsable de la misión evangelizadora de su comunidad diocesana. En cuanto a la Pastoral Juvenil es el primero en promover una pastoral juvenil integral y participativa dentro de la Iglesia de Sololá-Chimaltenango.
En la Pastoral Juvenil de la Diócesis, han trabajado varios sacerdotes, desde la llegada de Monseñor Gonzalo de Villa a la Diócesis de Sololá-Chimaltenango, han trabajado como delegados del Obispo para trabajar con jóvenes, el Pbro. Juan Pablo Poz, el Pbro. Edvin Geovanny Pérez, el P. Pedro Gabriel Poz Cuc, el P. Carlos Encarnación Xamiz, el P. Alex Guanta, el P. Irvin Coroxon, el P. Nestor Cujcuy, el P Simeón Guarcax, el P Mario Ajuchán, el P Isaías Batz y en el año 2019, fue nombrado el Pbro. Maynor Manuel Toj como asesor de la Pastoral Juvenil diocesana.
Al delegado del Obispo, en Pastoral Juvenil se le llama asesor diocesano.
Asesor: Etimológicamente la palabra” asesor” proviene de “sedere ad”, que quiere decir “sentarse junto a” y sugiere la idea de motivar, acompañar, orientar e integrar el aporte y la participación de los jóvenes en la Iglesia y la sociedad y propiciar la acogida de esa acción juvenil en la comunidad.
Es el delegado pastoral del Obispo para el servicio evangelizador de la Iglesia local. Para desarrollar su tarea, deberá contar con el apoyo de los demás presbíteros y tener simpatía con el mundo juvenil. Acompaña los procesos y experiencias juveniles que se realizan en la diócesis. Su presencia orienta, aclara, apoya, organiza, siempre en diálogo y promoviendo la participación de los organismos diocesanos y el protagonismo juvenil.
COMISIÓN DIOCESANA DE PASTORAL JUVENIL
Junto al asesor trabaja la Comisión diocesana de Pastoral Juvenil, que está integrada por jóvenes representantes de las pastorales juveniles de las parroquias, de los movimientos ACC, RCC, EPJ, JUMI, CAMINANTES Y DE LOS DECANATOS
HISTORIA DE LA PASTORAL JUVENIL EN LA DIÓCESIS DE SOLOLÁ-CHIMALTENANGO.
“Dichosos vosotros jóvenes, porque sois fuertes y porque el Espíritu Santo está en vosotros” así se titula el editorial de vida cristiana, del mes de octubre de 1978, (periódico que publicaba mensualmente, el trabajo pastoral de la Diócesis), en donde aparece un mensaje resaltando la importancia de los jóvenes en la vida de la Iglesia.
La Diócesis de Sololá fue creada el 15 de Marzo de 1951, en ese momento comprendía los departamentos de Quiché, Sololá y Suchitepéquez.
En el año 1967 se creó la diócesis del Quiché, y a la diócesis se incorporó Chimaltenango, que pertenecía a la arquidiócesis de Guatemala.
Dentro del espíritu de fidelidad al mandato de Cristo, en la diócesis de Sololá-Chimaltenango, siempre se han hecho intentos diversos para evangelizar a los jóvenes.
Intentos específicos del trabajo evangelizador con los jóvenes, seguramente los podríamos encontrar en todas las parroquias con mayor o menor intensidad, según el momento concreto por el que cada parroquia ha vivido las cualidades y carismas particulares del Pastor que la ha dirigido.
Otro de los intentos que hay que mencionar por los alcances que tuvo en el departamento de Sololá particularmente, es el grupo de CATOJO. Este, iniciado en Guatemala por el Padre Salvador Uguet, llegó a la Diócesis por el entusiasmo y celo del Padre Ignacio Epelde, entonces párroco de la catedral. El movimiento se difundió por Sololá, Panajachel, San Lucas Tolimán y otros sitios. Cuando el Padre Ignacio fue cambiado, lamentablemente no hubo quien continuara animándolo y el movimiento como estructura terminó.
Impulsados por la fuerza del mismo Espíritu y alentados por las directrices de la Conferencia de Puebla, (que hizo la opción preferencial por los jóvenes) a finales de 1978 y principios de 1979 nacieron LOS CAMINOS JUVENILES CRISTIANOS.
Su finalidad es ayudar a descubrir a Dios en la historia concreta de cada quien, un reencuentro con la fuerza del Espíritu que actúa en la Iglesia, un llegar a cerciorarse que el futuro va por el camino de la personalización, de la sencillez, de la creatividad, porque el Espíritu, siempre presente, no deja de indicar nuevas rutas y de infundir nuevos valores en sus hijos.
Un logro muy importante en este mismo año fue la fundación del consejo de asesores juveniles de la Diócesis, el 18 de Agosto de 1979. Integrado por representantes de cada departamento, dos caminantes y dos del programa juvenil de PROMICA.
La finalidad del consejo era servir de enlace entre los asesores juveniles de la Diócesis y promover una pastoral de conjunto.
Así pues, las pastoral juvenil de la Diócesis de Sololá- Chimaltenango, nació en el año 1979, por iniciativa de Monseñor Angélico Melotto, como respuesta a las dos opciones preferenciales que hizo la Iglesia en América Latina, opción por los pobres y opción por los jóvenes, aunque es bien cierto que ya en las parroquias se venían realizando actividades con los jóvenes.
Del 9 al 11 de Mayo de 1980, se reunieron los asesores y líderes de la Pastoral Juvenil en la casa de cursillos de Panajachel.
La finalidad era profundizar sobre diversos temas de interés para la vida de los grupos.
Los objetivos que se proponía el secretariado de pastoral juvenil eran:
- Hacer que todos los grupos llegaran a ser verdaderas comunidades de fe.
- Formar grupos en todos los municipios de la Diócesis
- Realizar una pastoral vocacional bien organizada.
El 13 de noviembre de 1982 fue publicado el nombramiento Mons. Eduardo Fuentes, como Obispo Coadjutor de Sololá. Y tres años y medio después, el 5 de abril de 1986, se convierte en el Obispo de Sololá, sucediendo a su padre, amigo, pastor y padrino Mons. Angélico Melotto.
En 1986, un grupo de jóvenes, apoyados por Monseñor Eduardo Fuentes, trajeron a la Diócesis de Sololá, el movimiento “Encuentros de Promoción Juvenil” se les reconoce a los jóvenes que pertenecen a este movimiento como “emproístas”.
El movimiento tiene como objetivos:
- Promover la realización de una vocación integral.
- Promover de la libre opción a la fe.
- Promover un servicio de liderazgo en sus grupos y comunidades.
Estos retiros han tenido buena aceptación, ya que actualmente contamos con ellos y cada día hay más jóvenes que hacen este encuentro con Dios.
Es digno de mencionar, además de los grupos (lectores, coros) o movimientos (Catojos, Caminantes, Emproistas) mencionados anteriormente, el trabajo realizado por la Acción Católica y la Renovación Carismática Católica, con la juventud.
En 1988, Monseñor Eduardo Fuentes realizó la visita Pastoral a las distintas parroquias de la diócesis, comprendía en ese entonces los departamentos de Chimaltenango, Sololá y Suchitepéquez. Durante la visita pastoral a cada parroquia, el Obispo tuvo un encuentro con los jóvenes de los grupos juveniles realizando las siguientes actividades: Hora Santa con el Santísimo Expuesto, Alguna Meditación sobre Jesucristo, María o algún Santo, en “clave joven”, fogatas, cantos juveniles como el “anda dime compañero, quien es el mero, mero”.
Para Monseñor Eduardo Fuentes la Pastoral Juvenil representaba una gran esperanza para la Diócesis, por esa razón aprovechaba estos espacios para hablar de la vocación, como posibilidad para todo joven, les hacía ver cómo el mundo no cambia sólo con aplausos y canciones o con la formación de coros, les hablaba a los jóvenes claramente, y los invitaba a luchar por sus ideales, alcanzables sólo con el empeño de toda la libertad al servicio del plan de Dios.
Del 14 al 19 de noviembre de 1988, se celebró la semana pastoral diocesana, como resultado de esos trabajos, Monseñor Eduardo Fuentes anunció el documento del plan de pastoral diocesano.
El Objetivo general del Plan era: “Realizar en Comunión y Participación, una nueva evangelización, encarnada en la realidad de nuestra diócesis, para crear hombres nuevos, capaces de construir comunidades renovadas, fermento de la civilización del amor”.
Para la Pastoral Juvenil el Objetivo General era: “Llevar a cabo una pastoral juvenil y vocacional fiel a la realidad de nuestra diócesis para crear hombres nuevos constructores de la historia que sean testigos de esperanza en el mundo de hoy y del mañana”.
Para alcanzar este Objetivo se debe de tomar en cuenta los siguientes puntos:
-Favorecer la participación de la juventud en la pastoral diocesana.
- Formar jóvenes cristianos capaces de colaborar en la construcción del Reino de Dios.
-Desarrollar en los jóvenes los valores espirituales, sociales, políticos, culturales y familiares.
-Hacer del seminario el auténtico corazón de la diócesis, al que se sientan atraídos los jóvenes más generosos y capaces de nuestras parroquias y grupos.
Después de que el Plan de Pastoral se entregara, Monseñor Eduardo Fuentes en Octubre de 1989, escribió para Vida Cristiana, un mensaje titulado “Queremos una Pastoral Juvenil y vocacional fiel a la realidad de nuestra Diócesis para formar hombres y mujeres nuevos que sigan a Cristo” en el Mensaje se lee:
“Nuestro Señor Jesucristo conocía muy bien lo que hay en el corazón de cada hombre y conocía todo el mundo interior de los jóvenes: por ser Dios y porque Él también fue un joven con una gran capacidad de amar y de llevar hasta el holocausto del sacrificio el gran ideal que su Padre Dios había puesto en su corazón: para salvar a los hombres por medio de la entrega de su propia vida.
Por el conocimiento que tenía de nosotros, sabía que los jóvenes no podían fallarle, por eso sus primeros seguidores, los Apóstoles, eran casi todos jóvenes, principalmente el joven apóstol de la invencible fidelidad: el Discípulo amado, el apóstol San Juan. Sólo de un joven sabemos con certeza que no entendió a Jesús porque tenía muchos bienes y no era generoso, pero por lo demás, sabemos que todos se portaron generosos con El: sus Apóstoles, el joven que le dio todo para la multiplicación de los panes y los peces; los que le aclamaron a su entrada en Jerusalén; etc. A todos, pero especialmente a los que empezaban su vida, Jesucristo les amplió los horizontes de sus ilusiones con las exigencias radicales del Evangelio. Por lo menos, todos entendieron que no se dirigía sólo a las mujeres o a los ancianos, o a los tímidos, o a los fracasados, a los cobardes, o a los resentidos, o a los egoístas, sino todo lo contrario, Jesucristo se dirigía a los que sabiéndose nada, todo lo esperaban de Dios, pero con un corazón humilde, con generosidad, con lealtad, con valentía, etc.
En nuestra Pastoral Juvenil queremos seguir el mismo método de Jesús: hacer descubrir a los jóvenes el potencial de entrega que son sus vidas, saber decirles como San Ignacio a Francisco Javier: ¿Javier, de qué te sirve ganar el mundo si pierdes tu alma? Que en todos nuestros apostolados los jóvenes, al menos, se planteen la posibilidad de una entrega total al Señor. Si no somos capaces de despertar este entusiasmo por Jesús, habremos fracasado.
En la Pastoral Juvenil y vocacional queremos que los jóvenes descubran que su lugar está en el mundo: en su familia, en la escuela, en el instituto, la universidad, las asociaciones, etc. Desde ahí tienen que influir en la sociedad, como fermento, como sal de los ambientes, impregnándolos del Espíritu del Evangelio.
Sucede muchas veces que los jóvenes piensan que acercarse a Cristo significa alejarse del mundo y es todo lo contrario: cuanto más nos acercamos a Cristo, más tenemos que amar el mundo, a la manera de Dios Padre que “tanto amó al mundo que nos dio a su Hijo Jesucristo” (Jn 3,15). Para el joven cristiano el camino es el mismo. Amar al mundo tan apasionadamente que no tenga miedo de darle a Cristo.
Recuerdo muy bien mi reencuentro con Jesús y su Iglesia, fue a los 21 años, después de unos Ejercicios Espirituales. Regresé tan contento, sobre todo porque supe que para seguir a Cristo no tenía que dejar la universidad, ni mis amigos, ni las fiestas: tenía que llenar eso sí de espíritu cristiano todo: amistades, diversiones, estudios, etc. Y eso era un gran desafío. Pasados los años he pensado qué habría sucedido si todo ese ímpetu juvenil propio de mis 21 años hubiera querido encerrarlo en los horizontes estrechos de un coro juvenil, o en una labor de sacristía al amparo siempre del sacerdote, con metas tan cortas con la de contentarme con trabajos puramente clericales. Pero gracias a Dios no fue así; el cristianismo me lo plantearon diferentemente, con sabor evangélico y de primera cristiandad: había que cambiar la universidad, conquistando para Cristo todos los ambientes, dar la cara por Aquel por quien lo teníamos todo, con reciedumbre, con virilidad, con valentía. Me hicieron descubrir que Cristo no podría hacer nada conmigo sino era capaz de pasar hambre, de aguantar toda clase de contradicciones, si no era sincero, auténtico, si era susceptible, rencoroso, resentido: en una palabra, si no estaba dispuesto a dejar de ser burgués. Este planteamiento de vida en Cristo me llenó de entusiasmo y me hacía sentirme orgulloso de ser cristiano y fue una óptima preparación para recibir la vocación sacerdotal dos años más tarde. Después de 25 años las cosas han cambiado mucho en la Iglesia, gracias a Dios, pero no podemos contentarnos con hacer jóvenes bondadosos, decentes y nada más. Cristo se merece algo más de nosotros; no es posible que El haya muerto para hacer muchas ligas de la decencia juvenil solamente o para contentarnos con ideales de bajos quilates. Cristo ha venido a cambiar el aspecto de la tierra con el fuego de su amor y quiere pegar ese fuego a todo el mundo y quiere hacerlo por medio de nosotros, especialmente de los jóvenes, como un torrente de agua “a través de los montes” ¡jóvenes no hay camino, se hace camino al andar!
La situación de Guatemala vista con ojos humanos es desesperante y sin posibilidad de solución. Vista con ojos de fe, se convierte en llamada de Cristo a meterlo en lo más hondo de la entraña de nuestra sociedad, a llenar de esperanza e ilusión a un mundo que se ha vuelto desconfiado y pesimista. Como jóvenes cristianos, hay que gritar al mundo entero, especialmente a los mismos jóvenes, que es posible vivir el ideal cristiano a finales del siglo XX, porque lo hemos comprobado en nuestras vidas, que antes de conocer a Cristo también estaban llenas de amargura y desesperación, pero un día hemos oído la voz que nos decía: “levántate y camina” y le hemos seguido.
Debemos cerrar este segundo milenio que Dios nos ofrece, con ilusión y confianza en el poder transformador de la Gracia de Cristo, y empezar la página en blanco que Jesucristo nos ofrece a partir del año 2000 para ser los verdaderos constructores de la historia y testigos de esperanza en el mundo de hoy y de mañana. (Monseñor Eduardo Fuentes, Obispo de Sololá).
La Pastoral Juvenil de la Diócesis de Sololá-Chimaltenango, siempre ha contado con la aprobación y bendición del Obispo diocesano, primero, Monseñor Angélico Melotto (QPD), luego Monseñor Eduardo Fuentes Duarte (QPD), gracias a Él, nacieron las jornadas diocesanas de la juventud (1996), Monseñor Raúl Antonio Martínez, continuó los procesos de evangelización en la Pastoral Juvenil.
El 22 de septiembre de 2007, tomó posesión de la Diócesis de Sololá-Chimaltenango Monseñor Gonzalo de Villa, nombrando asesor de la Pastoral Juvenil al P Juan Pablo Poz. En ese entonces Monseñor Gonzalo era presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil.
Principales logros en el año 2008, la integración de la Pastoral Juvenil, los encuentros interparroquiales y la participación en las reuniones de la comisión nacional de Pastoral Juvenil.
CREACIÓN DE LA COMISIÓN DIOCESANA DE LA PASTORAL JUVENIL Y LAS ASAMBLEAS DE PASTORAL JUVENIL
OBJETIVO GENERAL
“Reflexionar sobre el proceso de Pastoral Juvenil en la Diócesis, a la luz del discipulado misionero de Cristo, para animar la evangelización de los jóvenes”.
La asamblea tenía como finalidad reunir a jóvenes delegados de la pastoral juvenil de las parroquias y movimientos diocesanos, asesor, y miembros de la comisión diocesana, para definir el caminar de la pastoral juvenil en la diócesis.” Profundizar el trabajo realizado con la pastoral juvenil en las parroquias, y organizar proyectos que se impulsaran en las mismas para la evangelización de los jóvenes y la construcción de la Civilización del Amor.”
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
Vivir la asamblea como una experiencia celebrativa de Jesucristo vivo y liberador, que nos invita a ser misioneros.
Evaluar el trabajo de la comisión diocesana de Pastoral Juvenil en la diócesis y de las pastorales juveniles de las parroquias.
Hacer que los representantes de Pastoral Juvenil de las parroquias, tuvieran un encuentro vivo con Jesucristo y se animaran a descubrir líderes en sus grupos.
Fortalecer y animar las comisiones de Kerigma y Formación, para que juntamente con el asesor y la comisión, respondan a las necesidades de los jóvenes.
El 13 de Enero del año 2009, Monseñor Gonzalo de Villa, nombró al Pbro. Geovanny Pérez, como asesor de la Pastoral Juvenil Diocesana para continuar con el buen trabajo que venía realizando el Pbro. Juan Pablo Poz y su equipo.
El 31 de Enero se celebró en el centro Pastoral San José, la I Asamblea Diocesana de Pastoral Juvenil, convocada y organizada aún por el P. Juan Pablo Poz.
Como primer fruto de la asamblea, se creó la comisión Diocesana de Pastoral Juvenil de la Diócesis de Sololá-Chimaltenango.
Con la creación de la comisión de Pastoral Juvenil se pretendía realizar un trabajo en equipo que responda a las necesidades de los grupos juveniles en nuestra diócesis.
En la tercera semana de Enero del 2010, se celebró la II Asamblea Diocesana de Pastoral Juvenil, en el centro pastoral San José, con el objetivo de buscar nuevas formar de evangelizar a los jóvenes y las propuestas de comenzar a trabajar en las áreas de Kerigma, Formación y Organización, dentro de la Pastoral Juvenil Diocesana.
Desde este año inicia la participación de nuestra Diócesis en la Pastoral Juvenil Nacional.
EL 22 y 23 de enero de 2011, en el centro pastoral San José en Panajachel, con la participación de 93 jóvenes, venidos de las distintas parroquias de la diócesis, se celebró la III Asamblea Diocesana de Pastoral Juvenil.
EL 21 y 22 de enero de 2012, se celebró en el convento de las hermanas carmelitas de la Sagrada Familia, San Andrés Itzapa, la IV asamblea diocesana de Pastoral Juvenil.
Se elaboró el plan de trabajo del “Equipo Integral 2012-2013”junto con el plan de actividades de la Comisión Diocesana y se trabajó por regiones. Fruto de este plan de trabajo fue la realización de los primeros Retiros Kerigmaticos y talleres de Formación, realizadas en Chimaltenango y Sololá
La V asamblea diocesana de Pastoral Juvenil, se celebró en el centro Pastoral San José, en Panajachel y llevó por lema: “Id y haced discípulos a todos los pueblos (Mt 28,19), los días: sábado 26 de enero a partir de las 8:00 am, al domingo 27 de enero de 2013.
Tuvo como objetivo principal, promover la Revitalización de la Pastoral Juvenil, en las distintas etapas: fascinar, escuchar, discernir y convertir, con la finalidad de que en cada parroquia se inicie el proceso de Revitalización.
Nuevos asesores asumen la labor con la Pastoral Juvenil Diocesana: P Pedro Gabriel Poz Cuc y el P Carlos Encarnación Xaminez.
En enero de 2014 se celebró la VI Asamblea de Pastoral Juvenil. En esta asamblea se dio a conocer el nuevo documento de Pastoral Juvenil Latinoamericano CAPY (civilización del Amor Proyecto y Misión). Otro punto muy importante fue la explicación del nuevo proyecto en la diócesis que consistía en la organización por decanatos.
En Enero del 2015 se llevó a cabo la VII Asamblea Diocesana de Pastoral Juvenil, se evaluó el Plan Diocesano de Pastoral 2013-2020 y se impulsó el libro Civilización del Amor Proyecto y Misión.
Nuevos asesores P Alex Guanta, P Irvin Coroxón y P. Nestor Cujcuy.
En Enero de 2016 la celebración de la VIII Asamblea Diocesana de Pastoral Juvenil, se trabajó en la restauración de la Comisión Diocesana y llevando a la práctica los procesos y dimensiones mencionados en el CAPY.
Se incorporó al trabajo juvenil el P. Isaías Batz y el P. Simeón Guarcax
A partir del 2016, la Pastoral Juvenil inicia con una organización descentralizada, delegando funciones puntuales a decanatos y equipos existentes dentro de la Diócesis para lograr de manera eficiente y eficacia los objetivos trazados.
En el año 2017 se celebró la IX Asamblea Diocesana de Pastoral Juvenil
Este año se integró el movimiento de la Acción Católica del área de Chimaltenango dentro de la comisión Diocesana, coordinando de manera eficiente las actividades que se realizan para obtener la participación de los jóvenes de dicho movimiento.
Con la organización de las directivas de cada decanato, se han visto pronto los frutos:
-la integración de varias parroquias a las actividades diocesanas.
-la creación de la Pastoral Juvenil en las parroquias donde no había
-y por primera vez la “Jornada Juvenil del Decanato realizada en San Pedro La Laguna.
En este año se incorporó el P Mario Aníbal Ajuchan
En enero del 2018 se realizó la X Asamblea Diocesana de Pastoral Juvenil, se integra el movimiento de la Renovación Carismática del área de Sololá, los Emproístas y los representantes de Camino a la JMJ, con el fin de trabajar en unidad con todos los jóvenes dentro de la diócesis.
Se logra la estabilidad de los integrantes de la comisión diocesana de Pastoral Juvenil y la visita y acompañamiento a los jóvenes durante la ejecución de la Jornada Juvenil del Decanato.
El 1 y 2 de febrero de 2019 se realizó la XI Asamblea Diocesana de Pastoral Juvenil, contamos con la participación de los coordinadores y delegados de las distintas parroquias, representantes de los movimientos e integrantes de la comisión diocesanas de Pastoral Juvenil de la Diócesis de Sololá-Chimaltenango, se contó con la presencia de 85 jóvenes, aproximadamente, con el lema “Revitalizando la fe y el discernimiento vocacional de la Pastoral Juvenil”, se evaluó las tres etapas trabajadas con anterioridad: Fascinar, Escuchar, y discernir para luego continuar con la etapa del convertir, también durante esta asamblea se dio a conocer parte del sínodo realizado por el Papa Francisco y así mismo se compartió con ellos la finalidad e importancia de tener un plan de trabajo.
En esta misma actividad, en la celebración de la Santa Eucaristía, el Pbro. Maynor Manuel Toj recibe el nombramiento como asesor de la Pastoral Juvenil Diocesana.
El 24 y 25 de febrero se llevó a cabo la Integración Diocesana de Pastoral Juvenil, en donde se hizo énfasis de la reorganización y fortalecimiento de la Comisión Diocesana, de los equipos (formación y kerigma), de las juntas directivas de decanatos, así como también se realizó la socialización del plan de trabajo por decanatos y movimientos, en ella expusieron las metas, objetivos y las actividades más relevantes, dentro de ello se les dio a los jóvenes líderes un tema de suma importancia: “La política” impartido por un especialista, con esta formación se logró que los presentes hicieran conciencia acerca de la realidad nacional y las acciones que se deben de tomar posterior a la formación para mejorar la realidad.
Como actividades diocesanas realizadas este año han sido las siguientes:
23 y 24 de marzo: Formación con representantes de la pastoral juvenil/líderes de las parroquias de Sololá, en la parroquia de San Lucas Evangelista, San Lucas Tolimán.
4 y 5 de mayo: Retiro Kerigmatico con los representantes de las parroquias del área de Sololá, esta actividad se llevó a cabo en la parroquia de San Pablo, El Tablón.
1 y 2 de Junio: Formación con representantes de la pastoral juvenil/líderes de las parroquias de Chimaltenango, en la parroquia de San José Poaquil.
Con la ayuda de Dios, seguiremos trabajando y evangelizando, para que más jóvenes se integren en la Pastoral Juvenil parroquial y haya cada día más jóvenes comprometidos de seguir y servir al Señor
RESEÑA HISTORICA DE LAS JORNADAS DE LA JUVENTUD.
La Jornada Diocesana de la Juventud (JDJ) es un evento organizado por la Iglesia Católica que convoca a los jóvenes de toda una diócesis en torno a la figura del Obispo diocesano.
La Jornada de la Juventud se realiza anualmente en nuestra diócesis el día Domingo de Ramos, con una ceremonia principal presidida por nuestro Obispo. Esta celebración tiene como objetivo unirse a la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en el Vaticano, o en una ciudad sede fuera del Vaticano, donde se celebra cada dos o tres años, Esta ceremonia se llama Jornada Mundial de la Juventud y es presidida por el Papa.
Las jornadas de la juventud tuvieron su origen en la idea del Papa Pablo VI, que en el Año Santo de 1975 reunió en Roma a varios miles de jóvenes en representación de numerosos países, tras su participación en la "I Marcha Internacional de la Reconciliación Cristiana" que recorrió el camino de San Francisco, entre Asís y Roma.
La Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud, fue entregada a los jóvenes católicos por el Santo Juan Pablo II en el año 1984, al finalizar el Año Santo con las palabras «Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad y predicar a todo el mundo que sólo podemos por la muerte y resurrección de Cristo hay salvación y redención ».
En 2003 el Santo Juan Pablo II hizo entrega también de una imagen de la Virgen María para acompañar a la cruz en su peregrinación.
El Santo Juan Pablo II promovió las jornadas mundiales de la Juventud, e invitó a todos los Obispos del mundo que hicieran jornadas diocesanas en sus diócesis para unirse a la celebración de la jornada Mundial, fue así como Monseñor Eduardo Ernesto Fuentes Duarte (QPD) en 1996 siendo Obispo de la Diócesis, pidió que se comenzaran los jornadas en Sololá, organizándolas en el comienzo los alumnos del seminario Mayor Nuestra Señora del Camino.
Al inicio de 1996 al 2000 las jornadas de la juventud se celebraban en Sololá, pero fue idea de Monseñor Raúl Antonio Martínez Paredes, que las jornadas de la juventud se realizaran en las distintas parroquias de la diócesis, intercambiando, un año en la vicaría de Sololá y otro en la vicaría de Chimaltenango.
A continuación, el recorrido de la cruz en nuestra diócesis:
Sololá: 1996-1997-1998-1999-2000
San Juan Comalapa: 2001
Sololá: 2002
Patzicía: 2003
Sololá: 2004
Tecpan: 2005
Santa Lucia Utatlán: 2006
Chimaltenango: 2007
San Pedro La Laguna 2008
San Martín Jilotepeque: 2009
Nueva Santa Catarina: 2010
Santa Apolonia: 2011
Santiago Atitlan: 2012
San Juan Comalapa: 2013
San Lucas Toliman: 2014
San Juan Pablo II (El Camán) 2015
Santa Teresa Del Niño Jesús (Boca Costa) 2016
San Pedro Yepocapa 2017
Santiago Atitlán 2018
San Andrés Itzapa 2019
San Miguel Pochuta 2020
En el año 1999 la cruz de la juventud, recorrió todas las parroquias de la diócesis, esta actividad se hizo para preparar el año santo jubilar.
En el año 2000, el P. Boanergues Ramírez Rayo, asesor de la Pastoral Juvenil, organizó una caminata, al principio era sólo para varones, pero se unieron también mujeres. La caminata comenzó en Chimaltenango, pasando por Zaragoza, Patzicia, Patzún, Godínez, Panajachel, y Sololá, fue la primera vez que se manifestaba un número grande de jóvenes, aquel domingo de Ramos, habían por lo menos cinco mil jóvenes, a partir de ahí el número de jóvenes ha venido creciendo en las siguientes jornadas.
Monseñor Gonzalo de Villa, actual obispo de la Diócesis de Sololá-Chimaltenango, ha apoyado la jornada diocesana de la juventud, y ha querido continuar el método y la logística de la jornada que ya se tenían.
El año 2012 en Santiago Atitlán, se incorporó la Catequesis, para que los jóvenes se preparen espiritualmente y hacer de la Jornada, un espacio de evangelización, no sólo un evento. También la Jornada contó por primera vez con una Vigilia juvenil.
El año 2013 se entregó un ícono de la Virgen María.